Anecdotario Personal ¿o no? No. 2 – Gorsky
Hace ya varios años que esta anécdota que estoy por contarles ronda por internet y de viva voce entre cientos de miles de personas.
Antes de empezar a platicárselas, relataré algo sobre cómo conocí a “Don Robert”, responsable de que yo haga uso de ésta, perteneciente a Neil Armstron.
Era la época en que pasaba más tiempo con mi vecino y gran amigo de la infancia, Ángel, por ahí de 1998. “La Habichuela”, el restaurante de Don Dimas, el abuelo de mi amigo, era el lugar en donde estábamos la tardes platicando con algunos de los comensales, jugando ajedrez, nintendo o simplemente escuchando charlas de otras personas y tratando de entender sus mundos, uno de esos días en que estába esperando a mi amigo, conocí a Roberto, un señor de edad adulta con espíritu de infante, que, hasta donde tengo entendido se dedicaba a traducir libros de ciencias, aventurándose a hacerlo inclusive del Ruso. Esa tarde, la pasamos platicando sobre el phishing y lo que era la ingeniería social, así, se gestó la amistad que después fuera la causante de que yo conociera a Rosita, mi alumna de computación de casi 86 años, en ese entonces.
Roberto o Don Robert, como le decíamos, solía contar muchas historias, pero sin duda alguna una de las que más me gustó fue esta:
“Y buena suerte Mr. Gorsky”
Era una de esas tardes en que Neil Armstrong gustaba de jugar baseball con amigos de su edad, un partido común en las inmediaciones de Ohio, una tarde soleada, de repente Neil golpeó la pelota tan fuerte que terminó en el patio del vecino, debajo de la ventana del cuarto del Señor y la Señora Gorsky, cuando Neil se cruzó la barda y se agachó bajo la ventana para recoger la pelota, logró escuchar a la Señora Gorsky decir: “¿Sexo oral?, sexo oral te haré cuando el hijo del vecino pise la luna”
Años después, sabemos lo que pasó…
La pareja Gorsky no tuvo hijos, y cuando ambos habían fallecido ya, Neil decidió contar la anécdota a un periodista.
Cabe mencionar que N. Armstrong fue perseguido e interrogado por distintas instancias dado que mientras ocurría aquella primera visita del hombre a la luna, se suscitaba también la famosa Guerra Fría y fue justo antes de abordar la nave, cuando Neil dijo “Y buena suerte Señor Gorsky”, despertando la curiosidad de los norteamericanos, periodistas y amigos que no conocían la historia completa.
Habrá tenido suerte el Señor Gorsky, esperemos que si.